Personas que viven con sobrepeso y obesidad, con más riesgo en épocas de calor
Las altas temperaturas que afectan a México ponen en riesgo a las personas de sufrir un golpe de calor. En este sentido, las precauciones deben incrementarse, especialmente para quienes viven con sobrepeso y obesidad. La obesidad es una enfermedad crónica, la cual aqueja al 75.2% de la población adulta de 20 o más años, según información proporcionada por Novo Nordisk México a NotiPress.
Asimismo, la doctora Ana Rosa Muñoz Duarte, enlace médico científico de la farmacéutica danesa, informó, las personas que viven con sobrepeso y obesidad sufren más las consecuencias del calor. Para las personas con estas afecciones es más difícil regular fisiológicamente su temperatura corporal, debido al incremento del tejido adiposo.
En las personas que viven con obesidad el calor no se disipa a través de la circulación, lo que provoca sudoración excesiva y pérdida de líquidos y sales minerales, por lo que corren el riesgo de deshidratarse. Además, el tejido adiposo no retiene el agua de manera eficaz», explica Muñoz Duarte.
Frente a este paradigma, la doctora Muñoz hace un llamado a las personas con sobrepeso y obesidad para que extremen precauciones ante las altas temperaturas de esta temporada. «Si consideramos la alta prevalencia del sobrepeso y la obesidad en nuestro país, el riesgo del golpe de calor se incrementa en forma notable y eso es justamente lo que debemos evitar», indicó.
El golpe del calor a las personas con obesidad
Entre los síntomas que las altas temperaturas pueden causar en las personas con obesidad están la sensación de cansancio y agotamiento. Los pacientes también experimentan menor movilidad, sed persistente, así como calambres en la zona abdominal y extremidades. Por otro lado, pueden presentar presión arterial baja, visión borrosa, dolor de cabeza, inflamación de las extremidades, aumento de la temperatura corporal y el estrés térmico, y alteraciones del ritmo cardiaco.
Bajo este contexto, la doctora Muñoz explica que «el golpe de calor es un trastorno ocasionado por la exposición prolongada a altas temperaturas». La especialista indica que, cuando la temperatura corporal aumenta a 40.5 °C o más, se está en riesgo de sufrir un golpe de calor. Además de los síntomas anteriores, se pueden presentar náuseas y vómitos, mareo, desmayos, confusión mental o convulsiones. De esta manera, el golpe de calor puede poner en riesgo la vida de la persona, advierte.
Por otra parte, la atención a las personas que sufren golpes de calor debe ser inmediata. «Es importante colocar al afectado en la sombra, aplicarle compresas frías o hielo en la cabeza y darle agua para que se rehidrate», recomendó Ana Rosa Muñoz.
Además, la especialista dio una serie de medidas para reducir el impacto de las altas temperaturas:
Evitar actividades que impliquen esfuerzo físico, sobre todo al mediodía
Utilizar ropa holgada, de telas ligeras y colores claros
Protegerse con sombrero y gafas de sol
Beber agua en abundancia y evitar las bebidas azucaradas
Darse baños refrescantes con frecuencia; permanecer en espacios frescos y bien ventilados
Consumir alimentos ligeros y frutas frescas
Para evitar las consecuencias del calor es importante que las personas con obesidad se pongan en manos de profesionales de la salud, indica la doctora Muñoz. Asimismo, es menester iniciar un tratamiento integral y multidisciplinario para la pérdida de peso, que incluye un estilo de vida saludable con alimentación equilibrada y actividad física; abordaje psicológico, así como tratamiento farmacológico o quirúrgico, dependiendo de las necesidades de los pacientes, indicó la Dra. Muñoz.
«Actualmente existen medicamentos innovadores como liraglutida 3mg, agonista del receptor de GLP-1 que, además de reducir el peso corporal, disminuye el riesgo cardiovascular que la obesidad conlleva. El profesional de la salud indicará a cada paciente el tratamiento que mejor responda a sus necesidades», informó.
Finalmente, la especialista dijo que, además de evitar el riesgo de golpes de calor, la pérdida de peso trae grandes beneficios a la salud. «La reducción de 5% a 10% del peso corporal mejora el perfil de lípidos en la sangre, la presión sanguínea, el dolor osteoartrítico y la apnea obstructiva del sueño. Asimismo, reduce el riesgo de diabetes tipo 2 y factores de riesgo cardiovascular.»